11.20.2006

EL REINCIDENTE

Una legendaria película venezolana da título a esta entrega. En ella, Orlando Zarramera, el mismo de “Soy un Delincuente” vuelve a las fechorías de barrio caraqueño, que hicieron mítico al cine de Clemente de la Cerda.

Cuántos de nosotros también reincidimos. No en malandreos, sino en relaciones tan destructivas como los vicios que adornan a cualquier azote de barrio. Es como cuando Ho Po Wing, de “Happy Together”, le propone una y otra vez a Lai Yiu Fai: -Volvamos a empezar. En esa frase se encierra un juego de autoflagelación y desengaño que se inicia nuevamente, con consecuencias cada vez más onerosas para el espíritu, el pobre espíritu que después de cada ruptura se va secando, hasta convertirse en una especie de cascarón viejo, en el que habita la desconfianza y el desaliento.

Fai, que lo quiere tanto, cree firmemente, como ha creído antes, que esta vez si podrán llevar la relación hacia la anhelada felicidad, que supuestamente es el fin último de cualquier encuentro amoroso. Pero van directo al dolor y a la frustración. Ese el lugar donde terminan la mayoría de las relaciones que reinciden, en una especie de celebración del instinto masoquista que nos impone nuestra cultura al nacer.

No debemos generalizar. Hay quienes han corrido con suerte al volver con un ex. Porque han madurado, o porque simplemente ambos ponen más de su parte para que el asunto funcione.

Pero en la mayoría de los casos, el resultado es aún peor de lo previsto en los escenarios más pesimistas. Y ese “Volvamos a intentarlo” se repite una y otra vez, y se inicia con fe ciega y esperanza, olvidando selectivamente todas las razones que nos hicieron separarnos de esa persona en anteriores oportunidades. El egoísmo, inmadurez, la deslealtad, y hasta las diferencias económicas se diluyen en nuestras memorias en una especie de neblina lechosa que no nos permite recordar con claridad, lo mal que la pasamos durante la primera o subsiguientes rupturas con este personaje, que vuelve a ser nuestra pareja.

Y no se trata de guardar rencores. Tiene más bien que ver con elegir asertivamente lo que queremos vivir. Si, al final de cuentas, uno escoge conscientemente ese “Volvamos a empezar” debe asumir también todas las peleas, desasosiegos y despechos posteriores que lo acompañan.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

hola me encanto demasiado esta pelicula simplemente por ser venezolana...... me gustaria saber... bueno, si alguien lo sabe.... la cancion que aparece al fondo, cuando ramon antonio fue a buscar a la hermana en el bar... me gustaria saber la orquesta y el nombre del tema... es una salsa viejita.... saludos

9:15 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

tremenda produccion lo situaria como el mejor film de clemente de la cerda, se refleja la cruda realidad que invade a ala sociedad venezolana esa que no se puede ign orar: la delincuencia que con el paso de los años se ha ido agravando sin que nada ni nadie haya podido frenar definitivamente una joya del cine venezolano

3:21 p. m.  

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