9.04.2006

PARA COMPRARME UNA CARTERA

Los asiáticos son gente muy particular. Quien haya disfrutado de las historias de amor que cuentan las películas de su último cine de artes marciales, o haya leído “La Casa de las Bellas Durmientes” de Yasunari Kawabata estará de acuerdo conmigo.

El honor es uno de sus valores más publicitados a lo largo de los tiempos. Pero a su vez, poseen instituciones tan añejas como las geishas y prácticas tan retorcidas como la de vendar los pies femeninos para que no crezcan jamás, y queden reducidos a muñones que no sirven ni para caminar.

Ese es uno de sus fetiches más conocidos. Otro más actual tiene que ver con el exitazo de la venta por Internet o en tiendas ubicadas en apartamentos de los grandes centros urbanos, de ropa interior usada por mujeres occidentales o de las mismas chicas japonesas; que venden las pantaleticas que vistieron por períodos que van desde los dos días, hasta algunas semanas, en precios que superan en diez veces el valor de una prenda nueva.

Esta práctica es llamada “Burusera”, y viene de Buru, que significa pantaletas y Sera que es el nombre que se le da al uniforme de las niñas japonesas. Este negocio surgió a mediados de los años ochenta para complacer a una clientela ávida de nuevas sensaciones y que pide como pan caliente las prendas íntimas femeninas, que en la mayoría de los casos vienen acompañadas de una fotografía de la chica vistiéndolas. Las que tienen algún tipo de mancha cuestan más.

Lo más pintoresco que he encontrado en Internet sobre el asunto, viene de Wikipedia: “en el 2004 algunas jóvenes menores de edad se vieron obligadas a abandonar la práctica por razones legales y tuvieron que dejar que sus clientes olieran (¿?!) entre sus piernas mientras llevaban las bragas puestas”.

El dinero obtenido con estas ventas se utiliza en la mayoría de los casos para comprar ropas o accesorios de marcas costosas, que probablemente ninguna de estas niñas puede financiar con su mesada. Lo que me lleva sin querer a pensar: cuántas cacheteras del Palacio del Blumer habrá costado la pochette Louis Vuitton que lleva esa muchachita de 14 años colgando del hombro?