1.07.2007

MANIQUÍES BIEN RESUELTAS

¿Quien no recuerda el boulevard de Sabana Grande hace apenas diez años? Un espacio para pasear y ver tiendas, bastante distante del intransitable y gigantesco mercado de contrabando e indigencia que es hoy en día. Sin embargo, en los primeros días de enero, cuando los buhoneros toman sus vacaciones (es que ellos también necesitan su merecido descanso), el boulevard vuelve a ser, por breves instantes, el remanso de esparcimiento para el que fue creado.

Los caraqueños sin embargo, no aprovechamos la oportunidad de estos días “buhoneros-free” para caminar las calles. Acostumbrados a tanta reja, y alcabala, ahora somos agorafóbicos, y ante el pavor que nos inunda de que algún recogelatas loco, nos quiera pegar porque no le dimos cien bolos… huimos despavoridos de los espacios abiertos, y corremos a refugiarnos en un centro comercial, repleto de la más variada fauna, que sin embargo, casi por completo tiene una característica en común: no tiene bolsas en la mano, por lo tanto no está comprando nada.

Ya en el centro comercial, el Sambil, por ejemplo, que es bastante emblemático, nos damos cuenta que la misma ropa que venden los buhoneros, que estos días están de vacaciones, está en los negocios, a precios considerablemente mayores.

Pero lo más interesante de las tiendas que visitamos en el centro comercial, es que se adaptan tanto al gusto venezolano, que nos sorprendieron cuando notamos los prominentes bustos de los maniquíes que adornaban las vitrinas de ropa femenina. Como si de una sex-shop se tratase, estas muñecas de talla 38-C (como mínimo), exhiben con orgullo las prendas que las caraqueñas vestiremos en el 2007, y rellenaremos con nuestros respectivos 500cc de silicona, tan inmóvil y turgente como el torso de las esculturas perfectas de las tiendas. Cabe destacar que los bustos de los maniquíes se van desinflando más y más, mientras más cara y exclusiva es la tienda, como una señal quizás, de que la voluptuosidad no está hermanada con la elegancia. ¿Será que existe un molde de maniquíes tetonas solamente para el mercado venezolano?, ¿Hasta cuando tendremos el pecho henchido, no de orgullo y alta autoestima, sino del plástico quieto que pretendemos nos ayuda a lograr las demás cosas materiales a las que aspiramos, chuleándonos a un tipo?