9.19.2006

ACLARATORIAS PERTINENTES

MI NOVIA LLEGA EL VIERNES, dijo después de saludar, en una especie de recordatorio (más para él mismo que para mi) de que está enamorado.

Y bueno, siempre es lamentable que algún hombre valioso esté ocupado. Sobre todo cuando es muy de vez en cuando que logramos cruzarnos con alguno tridimensional, compuesto por forma y contenido, en contraste con los “planos” con los que convivimos a diario. Pero, y quien dijo que mis intenciones eran sexuales en vez de sociales?

MIS MEJORES AMIGOS SON GENTE MUY NOBLE, TAMBIÉN TIENEN NOVIAS, dijo después de dos cafés. Como si desde donde estén, estas mujeres sin rostro (y seguramente extraordinarias), manipularan esta mente masculina y marcaran territorio a través de una simple conversación. Aún sin conocerme, soy una amenaza a su estabilidad parejil… dígame si me conocieran.

Y bueno chicas, es nuestra culpa. Definitivamente estamos condicionad@s a que una mujer soltera siempre está al pie del cañón a ver qué pesca. Porque… en qué mente retorcida cabe que se sienta bien sola?

Por eso son necesarias estas aclaratorias que te disparan sin haberlas solicitado.

Por eso somos las esclavas de una imagen, planeada milímetro a milímetro, construida para conquistar, o para no dejarnos arrebatar lo que hemos ya logrado a pulso y con tanto esfuerzo (léase: novio, esposo o machuque).

Por eso nadie se cree el cuento de que fuimos a ese lugar de moda tan lleno de buenos partidos, con una amiga y en plan inocente, para hablar cosas de mujeres.

Por eso nos cuelgan la etiqueta de devoradoras de hombres y destructoras de hogares, aunque sólo sean hogares en proyecto; y es impensable que estemos simplemente solas, sin ninguna intención casamentera entre ceja y ceja.

Es por eso que, aunque yo estoy de lo más tranquila, sin ninguna otra intención que no sea la de pasar el rato intercambiando ideas (que no fluidos), necesito este tipo de aclaratorias. Y a mí, que ni se me había pasado por la cabeza, pendiente más bien de mis cosas, vienen y me dan la idea de mirar a mi interlocutor con otros ojos.

Por eso soy una amenaza

9.14.2006

CAMBIO DE LOCACIÓN

Escribo por algunas semanas desde la Ciudad de México. Las más grande del mundo, capaz de albergar a toda, léase bien, TODA la población de Venezuela. 26 millones de habitantes, nada menos.

Sin embargo, a pesar de sus megadimensiones, no deja de ser familiar. El caos, el tráfico imposible y los buhoneros en las salidas del Metro son muy similares a los caraqueños. El “plantón” izquierdoso de López Obrador se parece con todo y sus carpas al sitio que protagonizaron algunos militares de oposición en nuestra Plaza Francia hace unos años, con la diferencia de que aquí todavía no hay muertos ni bombazos de lacrimógenas.

Será por la altura (o por la polución) pero los mexicanos son más bien tranquilos y corteses, en contraste con nuestra “agresividad” caribeña. Los hombres, chaparritos en promedio, son extrañamente caballerosos. Y aquí es donde cualquiera diría: Y a esta quién la entiende?, pero lo cierto es que es particularmente interesante la manera en que te ofrecen la mano para bajarte del autobús o te ceden el puesto. Lo más raro, es como en algunos casos, demuestran cierta incomodidad si caminas al lado o delante de un hombre, así que, según entiendo, hay que caminar un poquito detrás…

Lo cierto es que se vive como una atmósfera de protección hacia el género femenino, llena de caballerosidad y rancheras clavapuñales por el amor de una güerita.

Y es además esa actitud la que convierte al hombre en el proveedor exclusivo y a su pareja en ama de casa ejemplar, anulando carreras universitarias y maestrías.

Pero insisto, es sospechoso. En el metro, los vagones están divididos para separar mujeres de hombres, previniendo abusos y manoseos en las horas pico. Los hombres hablan con orgullo de lo “canijos” (montacachos) que han sido, frente a sus esposas; madres abnegadas, que se hacen las que no oyeron.

Y yo, por supuesto me siento rara al ser tan maravillosamente atendida. No entiendo todavía si hay intenciones de baboseo detrás, o es simplemente cuestión de idiosincrasia. O será que ya me acostumbré a la descortesía que nos caracteriza?

Lo cierto es que cuando anuncié mi viaje, todas mis amigas casaderas entornaron los ojos diciendo: te va a encantar! Los mexicanos son tan caballerosos!

9.04.2006

PARA COMPRARME UNA CARTERA

Los asiáticos son gente muy particular. Quien haya disfrutado de las historias de amor que cuentan las películas de su último cine de artes marciales, o haya leído “La Casa de las Bellas Durmientes” de Yasunari Kawabata estará de acuerdo conmigo.

El honor es uno de sus valores más publicitados a lo largo de los tiempos. Pero a su vez, poseen instituciones tan añejas como las geishas y prácticas tan retorcidas como la de vendar los pies femeninos para que no crezcan jamás, y queden reducidos a muñones que no sirven ni para caminar.

Ese es uno de sus fetiches más conocidos. Otro más actual tiene que ver con el exitazo de la venta por Internet o en tiendas ubicadas en apartamentos de los grandes centros urbanos, de ropa interior usada por mujeres occidentales o de las mismas chicas japonesas; que venden las pantaleticas que vistieron por períodos que van desde los dos días, hasta algunas semanas, en precios que superan en diez veces el valor de una prenda nueva.

Esta práctica es llamada “Burusera”, y viene de Buru, que significa pantaletas y Sera que es el nombre que se le da al uniforme de las niñas japonesas. Este negocio surgió a mediados de los años ochenta para complacer a una clientela ávida de nuevas sensaciones y que pide como pan caliente las prendas íntimas femeninas, que en la mayoría de los casos vienen acompañadas de una fotografía de la chica vistiéndolas. Las que tienen algún tipo de mancha cuestan más.

Lo más pintoresco que he encontrado en Internet sobre el asunto, viene de Wikipedia: “en el 2004 algunas jóvenes menores de edad se vieron obligadas a abandonar la práctica por razones legales y tuvieron que dejar que sus clientes olieran (¿?!) entre sus piernas mientras llevaban las bragas puestas”.

El dinero obtenido con estas ventas se utiliza en la mayoría de los casos para comprar ropas o accesorios de marcas costosas, que probablemente ninguna de estas niñas puede financiar con su mesada. Lo que me lleva sin querer a pensar: cuántas cacheteras del Palacio del Blumer habrá costado la pochette Louis Vuitton que lleva esa muchachita de 14 años colgando del hombro?

MI NOVIO NUEVO

Y bueno si, es un poco extraño. Sobre todo hoy que vengo a su casa por primera vez. El mérito del buen gusto de este apartamento de soltero tipo loft, es suyo todito y creo que ya lo he visto en alguna revista de decoración: estas sillas de diseñador, la última tecnología presente no solamente en el plasma que cuelga rodeado por la colección de cine clásico en DVD (originales!) sino también en la lavadora que habla. Esta exquisita cena, preámbulo de nuestra primera noche juntos. Quien diría que la cocinó él, y que además la presenta en esta vajilla blanca cuadrada tan fashion (nota mental: quiero tener una así).

No sé por qué sigue siendo sospechoso. La verdad es que besa un poco raro, como queriendo ser masculino y dominante, en contraste con lo amable que es en todos los demás momentos.

Es el novio que siempre quise tener. Es tan atento y comprensivo, tan pulcro y ordenado, que yo siento que me traga la tierra cada vez que se me sale alguna ordinariez. Pero eso es bueno, así yo me obligo a hablar mejor. Y tan culto! Se conoce nombre, vida y milagros de los bailarines de ballet más importantes de América y Europa. Y ahora que me la enseña, su colección de discos de ABBA en acetato es impresionante. Qué buen gusto!

Claro, pura envidia de mis amigas que tienen puros machos latinoamericanos como parejas, más ordinarios que una urna con calcomanías, yo si tengo quien me trate bien, aunque hasta mi abuelita piense que es amanerado.

Mejor entro al baño y me preparo… sorpresa! Si aquí los cosméticos de Versace no se consiguen hace tiempo! Como es que tiene la crema de contorno de ojos!, yo como que me echo un poquito. Será que vive alguna mujer aquí? No, no lo creo. Ya me hubiese enterado por mis informantes.

Es que somos tan afines! Siento que me conoce tan bien, es porque es muy sensible. Y no tengo por qué sospechar nada, simplemente es un tipo elegante y por eso se ve delicado. Además, siempre me habla de tantas conquistas que ha tenido, tanta mujer bella que siempre lo ha rodeado. No! Mi novio no es gay!